Tras ocho meses de competición, y uno más de preparación, la
temporada llega a su fin. Para algunos habrá sido corta, para otros se estará
haciendo larga, pero lo que es seguro es que todos hemos tenido que pelear de
lo lindo en esta nueva categoría que no creo que haya decepcionado a nadie a
nivel competitivo. El único pero, los costosos viajes, pero es lo que conlleva
una tercera categoría nacional más competitiva, y sobre todo, de mayor nivel.
Ahora es el momento de cerrar los objetivos de cada uno, algunos los lograrán y
otros se quedarán en el intento en esta última jornada, pero a buen seguro que
la mayoría estarán orgullosos del trabajo realizado.
Personalmente la categoría me ha enseñado lo diferente que
puede llegar a ser el estilo de juego y formación en unas comunidades y otras.
Cada uno con sus cosas buenas y malas, pero el hecho de tener que viajar hasta
Aragón, nos ha abierto una nueva dimensión en el fútbol sala nacional. El juego
más físico del norte contra la mayor elaboración en tierras zaragozanas. No hay
grandes diferencias, pero si se atisba un trabajo de base con bastantes años a
las espaldas. Entre los equipos aragoneses, casi todos tienen unos equipos de
base bien establecidos y con varias categorías. Pinseque, Sala 10 o Colo-Colo
son equipos con años de trabajo a sus espaldas en los equipos de formación. En
Euskadi, Navarra y Cantabria también vamos dando pasos en ese sentido. En cuanto a los clubs de la Segunda B estamos en el camino adecuado, pero aún
nos queda camino por andar. Seguro que en próximas ediciones de esta categoría
seguiremos viendo futuras promesas salidas de esos equipos formativos.
A nivel de experiencia para jóvenes jugadores, ésta segunda
B, es una categoría mucho más exigente, pero a su vez muy atractiva. Los
equipos, en general, han basado su fortaleza en casa. A nosotros nos toca
lograr la salvación en casa ante un rival siempre complicado como es Area99
Zalatambor. El pasado sábado, en los minutos antes de salir a la pista de
Zierbana, a mis jugadores les decía que pasase lo que pasase en las dos últimas
jornadas, me sentía orgulloso de ellos. En una categoría como esta, dependemos
de nosotros mismos en la última jornada para conseguir el objetivo de la
temporada, la permanencia, y todo ello con un equipo con una media de edad de
19 años. 4 juveniles por partido, habiendo
disputado minutos en total 7 jugadores en edad juvenil. Hay futuro en Castro, a
nivel deportivo sí. Veremos si el apartado económico, el más complicado en la
actualidad, está a la altura del proyecto deportivo de futuro que inició hace
unos años esta directiva con grandes frutos que ahora empiezan a llegar al
primer equipo. Esperemos dejar el sábado al equipo en la categoría que se
merece por historia, por afición, y por trabajo bien realizado desde hace ya
varias temporadas.
Suerte a todos para ésta última jornada!