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domingo, 21 de marzo de 2010

Viviras para siempre junto a nosotros aunque nosotros no te veamos

Todo el mundo estamos obligados a pasar por ello antes o después y nunca es un buen momento, pero si algo tengo claro es que te has ido de la mejor forma posible, disfrutando de tu vida. Para ti solo había una forma de vivir, y a ella te has agarrado hasta tus últimos momentos. Nadie podía ni debía cambiar tu elección de vida, ni Lourdes, la cual te ha acompañado durante muchos años "a pesar" de tener que compartirte con "la otra". A esa "otra", a la que has dedicado el mayor tiempo de tu vida, a la que como todo el mundo has aportado mejores y peores cosas, pero de las que nadie jamás te podrá nunca achacar nada. El fútbol sala y todos los que formamos esa gran familia, de la que tú seguirás siendo parte desde donde estés, te debemos mucho.

Todos los que te conocíamos sabíamos como eras, ya que si de algo podías presumir era de austeridad y humildad. No soy la persona con la que más años ni vivencias hayas tenido, no soy la persona con la que más tiempo de tu vida hayas pasado, tampoco eres la persona con la que más años haya podido compartir alegrías y penas, pero los poco más de 8 años que he podido conocerte los he aprovechado al máximo. Has sido, eres y serás un referente en mi formación humana y profesional, como también lo has sido para otras muchas personas de mi entorno en mayor o menor medida. Tú siempre decías que todas las personas eran buenas mientras no matasen a alguien, pero tú sí que lo eras. Siempre más preocupado de los demás que de ti mismo, siempre intentando aportar tu experiencia y sabiduría para ayudarnos a crecer. Ese es el Pampis con el que me quedo.

Con el que este pasado miércoles compartía un agradable rato de tertulia, como a ti te gustaba estar durante horas sentados junto a una mesa. Sin miedos más allá de la vida misma. Con tus preocupaciones por mi licenciatura, de la cual te decía que tan solo me quedaban cuatro asignaturas y que esperaba poder acabar este mismo junio. Y te encomendaba a que lo vieras, pero si de todo esto me quedo con una pena muy grande es de que no lo hayamos podido ver juntos. Nunca me has dejado olvidarme de mi formación, y si algo quiero dedicarte en especial será mi licenciatura, la cual intentaré terminar en el menor tiempo posible para que tú lo puedas ver estés donde estés.

Solo me queda decir un par de cosas más. Podría estar escribiendo cosas sobre ti un año entero, como lo podrían hacer todas aquellas personas que han vivido mucho tiempo en tu cercanía, pero prefiero quedarme con lo dicho hasta ahora. Eskerrik asko PAMPIS, MUCHAS GRACIAS por todo lo que nos has dado y seguro que ahora, como tú me dijiste alguna vez, recibirás esos homenajes que tu decías debían hacerse una vez muerta la persona. Pero sin lugar a dudas, el mayor homenaje que te podemos hacer es guardarte en un rincón muy grande de nuestros corazones, y lo que es aún más importante, en el de nuestras cabezas para que podamos aprovechar todo el poso que tu nos dejaste.

GOIAN BEGO Francisco Maria Iturbe Echevarria Q.E.P.D.

Iñigo Martínez Corchete

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