Cuatro días de competición, dos torneos de máximo nivel, 14 partidos, 7 de División de Honor y otros tantos del campeonato de España sub-19 autonómico. 24 horas al día de fútbol sala en una ciudad que vive por y para este deporte. ¿Que más se podía pedir? Pues aquí os dejo una pequeña muestra de ello:
Con un par de días de retraso por culpa de un catarro que se me está alargando demasiado y que por tercera semana consecutiva me tiene a medio gas, aquí os dejo algunas fotos de la copa de Segovia, sin lugar a dudas un rotundo éxito a nivel deportivo y de aficionados. Como comentaba antes de la final en una entrevista para la pagina www.anefs.es, la copa de la igualdad, la copa en la que cualquiera pudo llegar a la final, pero que finalmente la justicia hizo que se la llevase el máximo favorito y el equipo con más repercusión a nivel mundial. Esperemos que seamos capaces de aprovechar este triunfo del FC Barcelona para crecer en todos los niveles.
Y como no, una gran mención para el torneo paralelo, en el que eché de menos un pabellón más grande y sobre todo, más gente del fútbol sala de base. No me puedo creer que en España nadie más trabaje la base. Y si trabajamos la base, el sitio en el que debemos comprobar el nivel de los jugadores y compararlos con nuestro nivel es ese, el campeonato de españa sub-19 de selecciones autonómicas. La meta para la mayoría de los jugadores que llevan muchos años jugando a este deporte antes de saltar al nivel senior, antes de terminar su etapa de formación. ¿Por qué no le damos la importancia necesaria a este tipo de campeonatos? Y la escusa no es el no poder ir a Segovia, ya que estoy seguro que muchos estaban allí en la copa grande pero dejaron de lado la de los chicos, luego se nos llena la boca de grandes palabras en cuanto a trabajo de base, pero cada vez que acudo a un campeonato de este tipo (y ya son varios) me quedo más decepcionado. Menos mal que el pabellón de las semifinales del torneo no llegaba a las 200 localidades. Por lo menos esto hizo que se llenase casi en todos los partidos. La final, en el Pedro Delgado, no llegó a las 400 personas, una pena.
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