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lunes, 5 de abril de 2010

HISTORIAS DE SEMANA SANTA

Semana Santa, semana de descanso, no se si físico, pero si emocional, tocaba recargar pilas y cambiar un poco el "chip" para enfrentarnos a lo que ahora llega, muchas cosas importantes. Final de la liga, con muchisimo en juego en siete partidos y con problemas de ultima hora que os comentaré, final de la carrera (o eso espero), nuevas metas, nuevos proyectos y todo apilado en 2 meses, quizas vayan a ser los más intensos de mi vida, por eso hasta esta misma mañana he intentado recargar pilas para ponernos ya en marcha.
Esta semana, muy intensa, estuvimos en Arnedo (La Rioja), viendo el torneo IV Naciones de fútbol sala en el que 4 selecciones, tres de ellas con seleccionador español, nos ayudaron a disfrutar del deporte que tanto nos gusta de una forma distendida en medio de un ambiente vacacional. España quedó campeona, Italia segunda y Rumania y Japón pelearon la tercera plaza con un 1 a 0 favorable a los europeos durante la última jornada. Pero en contra de lo que pueda parecer, quitando el primer día, en donde ninguna selección consiguió desplegar un juego muy fluido, el resto de los partidos tuvieron de todo. Sobre todo emoción y mucha riqueza táctica en diferentes situaciones. Nadie quiso esperar atrás, todos subieron la linea de presión, aspecto a resaltar ya que los entrenadores tenemos una gran parte de culpa en la calidad del espectáculo que podamos ver. Y como le comentaba a mi amigo Miguel Rodrigo durante el último partido, a pesar de raquítico 1-0 que se vivió en el Rumania-Japón, me divertí y mucho. Los porteros juegan, y para meter goles hay que ser letales de cara a portería, aspecto éste último que faltó en un partido en el que tanto los entrenados por Miguel, como los de Sito Rivera dieron variantes y juego vistoso que pudo haberse decantado por uno u otro equipo. Quizas la mayor fuerza y competitividad de los rumanos hizo justicia. El España-Italia no defraudó, y los de Venancio se quitaron de encima de un plumazo las dudas sembradas durante los dos partidos previos antes, quizas, dos selecciones mucho más rodadas y que se conocían más que la joven selección española en la que faltaban hasta 5 habituales.
Por otro lado, pude ver por primera vez una pasión viviente. En este caso fué el viernes santo, en Castro Urdiales. El año pasado la lluvia impidió su normal discurrir y este año, con un tiempo mucho mejor, se pudo disfrutar de la gran preparación y realismo de una pasión viviente que recomiendo desde aquí a todo el mundo. El paisaje de la representación es inmejorable, en el entorno de la Iglesia de Santa María, justo encima del mar, y en todo el casco antiguo de la localidad marinera. Os dejo alguna foto para que podais verlo, pero si podeis, os recomiendo que podais verlo con vuestros propios ojos el año que viene. Es gratis y merece la pena disfrutar de un evento reconocido como de interes turístico regional, pero que quizas se mereciese algo más. 10.000 fueron las personas que pudieron disfrutar de la presente edición según la policia local.

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